Cuando la aún adolescente Steph Boumelcroud entregó el guión cinematográfico de Perras a su mamá, ésta le preguntó si sabía realmente de lo que se trataba.
Su personaje de colegiala iba a ser alguien que hablaba de sexo y era bulímica. Y cargaría siempre una bolsita, en la que incluía preservativos.
“Me dijo: ¡creo que mejor no lo haces! Como que pensaba que todavía era una niña y no sabía de eso, pero entonces le expliqué lo que ya conocía”, recuerda Stehp.
Pero ese no era el único personaje fuerte de Perras, la ópera prima de Guillermo Ríos, que se estrena el viernes en salas. Por ahí también estaba la joven que le hace un strep tease a un senador (Natalia Zurita) o la casi niña que se acuesta con el papá de una de sus compañeras (Claudia Zepeda).
También la adolescente abusada por sus compañeras (Karen de la Hoya) o la que no entiende a su familia y se siente sola (Kariam Castro).
Todas ellas deben permanecer encerradas en un salón, tras la noticia de que algo grave pasó en la escuela. A partir de ahí comienza una serie de conflictos entre el grupo.
“Es esta unión de las chilangas de la colonia Araña y de Bosques de las Lomas que están en un espacio único”, comenta Ríos. La película está basada en la obra teatral del mismo nombre, también escrita por el entrevistado y que en su momento llegó a 180 funciones. “Dije los chavos no van al teatro porque no se habla de las cosas que les importan, en teatro se representan los clásicos, entonces hay que hacer algo más”, recuerda.
De acuerdo con datos médicos en México, de 10 enfermos de anorexia y bulimia nueve son mujeres de entre los 13 y los 26 años de edad.
Ríos aclara que no intenta llevar un mensaje social. “Para mí el plano de denuncia queda atrás, no lo puedo soslayar porque ahí está. Lo que me importa es sorprender con la erótica, la ética y la estética de las niñas de la ciudad en 2011”, dice. “Siempre hay una apuesta por la ternura. Ahí está cuando una de ellas comenta sentir rico cuando ve a su mamá o la solidaridad de un de ellas a otra cuando las demás no quieren ir a su fiesta, por irse a Acapulco”, añade.
Perra filmación
La película se rodó hace dos años en locaciones del DF. Se buscó al elenco por todos lados. Se repartieron volantes y al final se quedaron con chicas que en su mayoría jamás habían actuado. La única de experiencia era Alenka Ríos, quien trabajó en la versión teatral de Perras. Ella fue un apoyo importante en escena. Otras se ocuparon de convivir con personajes que viven por casos similares a los de su personaje. El caso de Andrea Pedrero fue especial, pues da vida a Diana, una invidente. “Hubo talleres previos al rodaje y había ciegas que nos fueron preparando”, narra la joven.
Varias fueron conociendo de sus papeles durante el mismo rodaje o ya viendo el resultado en pantalla. Kariam Castro, quien tenía 13 años cuando filmó la historia, narra divertida; “Mi mamá tenía miedo de que me fuera a convertir en algo como el personaje. Había cosas que yo no captaba, como cuando dicen: ‘por el cu... no’. Me preguntaban si sabía que era y yo decía, claro, es una patada. Cuando vi la película dije, ok, no era eso”.
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