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Jennifer Aniston y George Clooney se casan

"Tras constantes rumores de un posible embarazo, la pareja del momento -los llamados `Clooneyston´- acaban de anunciar que pronto van a ser papás de una pequeñita. Los esposos declararon en un comunicado de prensa que, inspirados en la hija de su colega la actriz Gwyneth Paltrow, su bebé llevará el nombre de una fruta; posiblemente Lichi o quizás Guayaba. Se espera que su primer vástago nazca a principios del próximo año."

Bienvenidos a la cabeza de Jennifer Aniston. No se asusten, no es que la solterona por excelencia haya perdido la razón debido a su inactividad sexual, es sólo que la actriz ya está hasta el copete de que la prensa siga indagando en su vida personal y preguntándole "¿para cuándo el novio, Jennifer?"

En una entrevista para la publicación Red, Aniston fue cuestionada (¡SORPRESA!) acerca de su estado sentimental, a lo que la actriz respondió con su característica amabilidad, que le gustaría que la dejaran en paz en cuanto a ese espinudo tema. ¿La solución de la estrella para lograrlo? Pues cuál otra va a ser: casarse con el eterno novio sin compromisos, George Clooney, por supuesto...

"¡Eso definitivamente le callaría la boca al mundo!", declaró. "Yo llamaría a George y le diría: `Oye, hay que casarnos y tengamos hijos.´ Debería llevar a comer a George y podremos descifrar cómo ponerle fin a todo esto."

Parece que así como le vino la idea a la cabeza, la misma voló al más allá, pues después de su precipitada (y un tanto incómoda) declaración, ella misma se retractó diciendo, "¡Ja! Bueno, no."

Demasiado tarde mi Jenny. Ya no puedo dejar de pensar en lo increíble que sería que una de éstas la friend cambiara su status en Facebook de "forever alone" a "in a relationship with George Cloney".

Claro que para que eso sucediera, Clooney tendría que dar el sí, dejar a su sexy novia actual de tan solo 32 años, la modelo italiana Elisabetta Canalis y considerar que uno de sus mejores amigos es el ex de Aniston, Brad Pitt...

Con todos estos obstáculos interponiéndose en mi Utopía, no me queda más que decir: ¡Ja! Bueno, no.

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