Roberto González Barrera inició su trayectoria empresarial con un cajón para bolear zapatos y haciendo mandados en el pueblo de Cerralvo, Nuevo León.
El fundador y presidente del consejo de Administración de Gruma, agradece lo que la pobreza le enseñó, y haber hecho una carrera exitosa a pesar de carecer de estudios.
"No hay límites en cuanto a oportunidades", dice el también presidente vitalicio de Grupo Financiero Banorte. Advierte, sin embargo, que las personas no deben buscar hacer lo que él hizo, sino que deben prepararse adecuadamente, porque el mundo cambió.
En un video presentado en la Cumbre de la Comunicación, el empresario narró su vida.
Por ser parte de una familia numerosa, González Barrera empezó a trabajar desde temprana edad. "Éramos una familia muy grande, éramos 17 primos hermanos que nos dejaban con nuestra abuela, ella tenía un lema: aquí las niñas son para estudiar y para jugar, y ustedes (los niños) primero me traen la comida", recordó el empresario.
González Barrera ahorró lo suficiente para volverse socio de su padre en una tienda de abarrotes y posteriormente aprovechó la oportunidad de comprar un molino de maíz en Reynosa, Tamaulipas.
Tras iniciar el negocio harinero en Cerralvo, Nuevo León, el empresario se expandió a Nayarit, Chihuahua y Monterrey.
En 1977, González Barrera compró la primera tortillería en EEUU e instaló una planta de harina en Texas, ampliando su oferta a tortilla de maíz y trigo.
Grupo Maseca tiene presencia actualmente en un centenar de países, entre ellos Italia, Holanda, Inglaterra, Alemania, Turquía.
Además, el empresario no pierde la confianza en su país: México es un país que tiene oportunidades, "todas las que quieras", sostiene González Barrera.
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