Una investigadora del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM desarrolla un posible sustituto de hueso sintetizado a partir de ceniza de la cáscara de arroz.
En un comunicado, Miriam Marín Miranda, doctorante en el CCADET, señaló que se trata de un biovidrio que puede favorecer el trabajo de las células, al proporcionarles una estructura y componentes suficientes para que realicen el proceso de regeneración ósea.
Entre las ventajas de este material están que mejora el costo-beneficio, al provenir de un desecho agroindustrial, y que, de funcionar, se reabsorbe a medida que las células “reconstruyen” el hueso, por lo que los sustitutos serían permanentes.
Marín Miranda explicó que un sustituto de hueso ideal es aquel que posee osteogénesis, osteoconducción y osteointegración, es decir, que tiene las características necesarias para la regeneración de las células óseas.
En la actualidad existen dos métodos de síntesis para la obtención de biovidrio: el de fusión, con desventajas como el empleo de mucha energía, temperaturas de mil 500 grados durante 12 horas, y el sol-gel, que necesita mucho menos calor y permite la construcción de “andamios” por medio de espumado e impresión tridimensional.
Nuestra propuesta fue utilizar un método sol-gel que emplea una sustancia llamada glicerol para lograr una mezcla más homogénea, producto de la depolimerización del silicio, y una interacción con los demás componentes de la fórmula”, detalló.
Marín Miranda agregó que la cáscara de arroz calcinada permite obtener una gran cantidad de silicio, hasta 95 por ciento, y otros compuestos como el calcio, el sodio y el pentóxido de fósforo, que están dentro de la composición de los biovidrios.
Si usamos el dióxido de silicio de la cáscara de arroz y sólo completamos lo que haga falta de la fórmula, tenemos una materia prima mucho más barata”, puntualizó.
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