Parece ser que Sasha Fierce ya no se va a sentir tan sola. Así como Beyonce, antes que ella, J-Lo se ha creado un alter ego de nombre “Lola” para la canción “Fresh out the oven” en la que colabora con Pitbull.Después de que el mes pasado en el backstage de los VMA´s, Pitbull confirmara haber grabado una canción con Jennifer López, comenzaron a aparecer sospechosas imágenes en Internet (myspace, twitter, blogs, etc) de una tal Lola, quien mostraba únicamente sus labios. Las imágenes fueron seguidas por este video promocional de la canción “Fresh out the oven” donde se puede ver la sombra de una mujer llamada Lola bailando al ritmo de la melodía.
Al ver las curvas de esa chica, la gente comenzó a preguntarse: ¿No creen que ese derriere nos parece conocido? Y fue así que empezó la leyenda mejor conocida como: Lola y J-Lo son las nuevas Celestia y Anne Heche; es decir J-Lo es Lola, Lola es J-Lo ¿por qué clase de neanderthal nos toman?No hay que olvidar que “Lola” es el apodo que P.Diddy (o cómo se haga llamar para esta hora y este segundo del día) le daba a Jennifer López cuando mantenía una relación amorosa con él. En palabras parafraseadas de Freud: es posible que J-Lo pueda comenzar su propia “United States of Tara Jennifer” o su libro “Sybil-Lo”.Para esfumar estos rumores, una fuente cercana a la cantante confirmó a la revista People que Lola no se trata de un alter ego para su persona, sino uno para su canción: “Lola es sólo para esta canción...Es algo divertido; no se ha convertido en Sasha Fierce. Lola no tendrá nada que ver en su nuevo album, Love?
Digan lo que digan, yo sigo esperando a que, de pronto, se vea a J-Lo transitar por las calles de Los Ángeles vestida con una boa de plumas rojas, tacones dorados, lipstick morado y un gran bling de swarovski en el cuello con la leyenda: “LL” (sí, así me imagino a Lola). Hasta que Jennifer logre desaparecer esa imagen de mi cabeza, seguiré pensando que la cantante tiene un nuevo alter-ego y por lo tanto, si en verdad las dobles personalidades están tan de moda, yo los martes me haré llamar “Vladimir”, la parte de mí que escribirá en verso y con posibles denotaciones dadaistas
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