Con una duración de 10 minutos, el corto narra una tierna historia de amistad entre dos niños muy especiales, pero también es una obra que habla de valores e ilusiones y que es capaz de cautivar al espectador desde el primer fotograma hasta el último.
La calificación del Cortometraje de Pedro Solís es “para todos los públicos, con el añadido de especial interés para la infancia”, ya que el Ministerio de Cultura Española ha recomendado el corto por su vocación educativa.
Este corto es el segundo dirigido por Solís García, quien al recoger su premio dijo las siguientes palabras: “Hija, gracias por inspirarme esta historia. Hijo, ojalá no me hubieras inspirado esta historia”.
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